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Frente a un sencillo monolito negro levantado en memoria de los miles que murieron durante la invasión estadounidense, el gobernante escuchó atento la proclama de la asociación de familiares de los caídos ese 20 diciembre de 1989 para derrocar al exdictador Manuel Antonio Noriega, también vecino del lugar. Esa mañana, el venezolano Nicolás Maduro era recibido como un héroe en la Plaza de los Mártires del mismo barrio El Chorrillo que vio nacer a Rommel y también al mítico boxeador Roberto Manos de Piedra Durán. Aún sin llegar antes, las desgracias tienen el mismo efecto. Rojas, quien lo recuerda siempre preocupado por las noticias que le llegaban de su país esos años turbulentos. Pero en las áridas llanuras manchegas, cada 6 de mayo en punto, una sobria procesión pagana recuerda la gran lección que dejó Rommel. A las pompas fúnebres les siguieron el gran estadio con su nombre, las escuelas en su honor y los premios como homenaje. Portugal consigue, gracias a Cristiano, su segunda victoria en dos partidos en la UEFA Nations League, y se posiciona, junto a Francia, como gran favorita para ganar el grupo y plantarse de nuevo en la Final Four.

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